Cada vez es más frecuente encontrar en las aulas alumnos que presentan dificultades de atención, concentración y memoria. Si tu consideras que eres uno de estos casos, que sepas que pueden mejorar mucho tus resultados con un poco de entrenamiento. Aprender a enfrentarte a las actividades y tareas que tengas pendiente, con una motivación distinta, puede favorecer que tus resultados académicos sean mucho mejores de los que esperas.
Uno de los ejercicios que puedes comenzar a practicar en tu habitación, antes de sentarte a estudiar, es la relajación. Existen dos tipos generales de relajación que te pueden venir bien. Por un lado está la relajación muscular y por otro la relajación mental.
Vamos a ver en qué consiste primero, la relajación muscular: Hace unos cuantos años, un señor llamado Edmund Jacobson, entrenó a sus pacientes con una serie de ejercicios con los que pretendía reducirles la ansiedad. Estos ejercicios se hicieron tan famosos por sus resultados, que hoy en día, continúan siendo utilizados. Si googleas Relajación Progresiva de Jacobson, encontrarás infinidad de enlaces a webs donde te los explican. Tienes modelos en vídeo, en audio, en dibujo, en texto...
Te dejo un vídeo para que veas en qué consiste y puedas probar a practicarlo en casa:
El otro tipo de relajación que también te va a venir bien, es la relajación mental. En este caso, se trata de seguir unas indicaciones que se te van dando, para dejar volar tu imaginación y conseguir unas sensaciones muy placenteras. Las propuestas que te doy a continuación provienen del blog Relajación para vivir:
El camino del bosque. Su esquema básico es el siguiente: Se hace una pasada por el cuerpo de
abajo a arriba. Se pide a los alumnos que se sienten muy rectos en su silla, la
cual es, en realidad, la de un coche de caballos, guiado por un "cochero
que sabe a dónde va" . Juntos van a cruzar el bosque. Allí pueden encontrar
cualquier cosa que interese para el desarrollo de la sesión de clase. A lo
largo de su travesía experimentarán el frescor del bosque, el olor del bosque,
los sonidos y murmullos del bosque, etc.; incluso podrán oír las voces de sus
habitantes misteriosos (esta circunstancia permite introducir la recitación de
poemas y otros textos). A veces el bosque puede tener, como todos los parajes
legendarios, algún maleficio (al cruzarlo se puede perder, por ejemplo, la
capacidad del habla ) contra el que tendrán que luchar realizando alguna tarea
tras salir de la relajación.
El tesoro sumergido. Con esta relajación se trabajan la autoestima y el autoconocimiento. Se
hace una pasada por el cuerpo de abajo a arriba, dejando para el último lugar
el tórax. Una vez en este punto se les hace sentir el latido del corazón y, a
continuación se les pide que se imaginen un tesoro sumergido en el mar: el
tesoro que esconde su corazón, el cual tiene ahora la forma de un misterioso
cofre. Se les pide que sientan el frescor del agua, el roce resbaloso de las
algas; que admiren las formas y los colores extraños de los peces… Por últimos
se les dice que abran el cofre y miren los tesoros que allí se ocultan, algunos
ya los conocían, otros estaban tan escondidos que los descubren hoy por primera
vez.
Los habitantes del lago. Favorece el autoconocimiento y la clarificación de objetivos y deseos
personales. Tras la pasada por el cuerpo, empiezan a caminar por un paraje
lleno de niebla. En un momento dado, la niebla se disipa y divisan un lago a lo
lejos. En la orilla, dos personajes misteriosos están contando, en un
hipotético tiempo futuro y en una lengua desconocida, la verdadera historia de
la vida de cada uno de ellos. Esta propuesta imaginaria se refuerza con una
canción cantada en alguna lengua exótica: africana, sáncrito, japonés, etc.
Respirando el arco iris. Este ejercicio se basa en la respiración y juega con los colores.
Proporciona una relajación profunda en un espacio muy corto de tiempo. Con él
toman conciencia de su propio cuerpo. Se comienza con tres respiraciones
abdominales. En la primera se les pide que inspiren profundamente y que
expulsen el aire como si pudiera salir por las plantas de los pies. En la
segunda deben tomarlo y echarlo como si pudiera salir por la palma de las
manos. En la tercera, se les dice que lo echen por la coronilla. A continuación
respiran profundamenmte un aire color rojo que llena los últimos rincones de su
cuerpo, lo retienen unos segundos, y lo expulsan; toman aire color naranja, lo
retienen y lo expulsan; y repiten la operación con aire amarillo, verde, azul,
violeta y blanco.
La flecha de sonido. Con este ejercicio se consigue una gran concentración y conciencia del
cuerpo. Se hace una pasada por el cuerpo, con ayuda de algún sencillo instrumento
musical que emita una nota aguda y resonante (unos crótalos pueden servir). Se
pide a los alumnos que se concentren y dirijan mentalmente el sonido, como si
fuera un rayo láser, a los distintos lugares del cuerpo que se van nombrando:
"ponemos el sonido en los pies"… (y se hacen sonar los crótalos);
"ponemos el sonido en las piernas"…(y se hacen sonar los crótalos);
"lo ponemos en los muslos, el vientre, la cintura", etc… (se van
haciendo sonar sucesivamente los crótalos".
Los caminos del viento. Esta relajación es muy emotiva y favorece el sentimiento de pertenencia
al grupo. Se hace una pasada por el cuerpo y se deja para el final la columna
vertebral. A partir de ahí se les sugiere la imagen de la columna como una
escala que permite subir a las habitaciones más altas de su cuerpo. También,
por un pasadizo secreto, se puede seguir subiendo, mucho más arriba, mucho más
arriba, hasta el país de los vientos. Alli pueden volar, recorrer caminos de
aire y mirar con otra mirada las cosas. Desde allí ven su casa, se ven a ellos
mismos, relajados, y a los compañeros que en ese momento les rodean. Y todo
desde allí se ve de "otra manera".
Quiero y no quiero. Se basa en la respiración y ayuda a la clarificación de valores
personales y al desarrollo de la asertividad. Se parte de las tres
respiraciones abdominales. A continuación deben inspirar pensando: "yo
quiero"…. Y con la imaginación hacen entrar en su cuerpo todo aquello que
más desean. Seguidamente exhalan pensando: "yo no quiero….." Y hacen
salir de su cuerpo todo aquello que rechazan.
Imagen de Pixabay |
El deporte es otro de los factores que te pueden facilitar la concentración. Ayudan a regular tus emociones, a canalizarlas, a mejorar tu motricidad, tu coordinación y tono muscular y a ser disciplinado. Si lo que te va bien además es el deporte, las mejores actividades para ti son:
- Los deportes en equipo: baloncesto, fútbol, voleyball...
- Tenis, padel.
- Karate o Tae Kwon Do.
- Natación.
Si no eres muy deportista y lo que te interesan son otro tipo de actividades, entonces te puede ir muy bien, si tienes ocasión, apuntarte a clases de música, de pintura o de teatro.
Y para finalizar, te recuerdo que si lo que quieres es mejorar tu capacidad de concentración, debes asumir que existen ciertas actividades que influyen muy negativamente en la atención: Muchos estudios relacionan el abuso de la televisión con la influencia negativa en nuestro cerebro, ya que recibe una enorme carga de información en muy poco tiempo, además de fomentar nuestro sedentarismo. Lo mismo ocurre con el abuso de los videojuegos, la tablet, el ordenador y por supuesto, el teléfono móvil.
Por último recuerda que organizar tus horarios para todas las actividades que tienes que realizar, es muy necesario, pero debes recordar, que es importante incluir también, el tiempo que le vas a dedicar a todas las anteriores. De ti depende lo que hagas con tu tiempo. Pero también el provecho que le saques.
Imagen de La Esquina de Mafalda |
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