miércoles, 9 de noviembre de 2016

DONDE APRENDER CUESTA 56 KILOS DE ARROZ

Algunos de los niños de la aldea de Soavinarivo, en Madagascar.

Un documental narra cómo se acabó con la exclusión que suponía la recolecta de arroz a cambio de ir al colegio en una aldea de Madagascar. 

Sobre una lona que cubre el suelo terroso humean unos cuantos platos metálicos llenos de arroz. Ravaka reparte las cucharillas antes de que todo el mundo termine de desperezarse mientras aviva el fuego sobre el que hierve otra olla panzuda. Hasta septiembre del pasado año, así era cualquiera de las madrugadas de esta niña de 12 años en la pequeña aldea de Soavinarivo, en Madagascar. Se levantaba a las seis para preparar el desayuno de todos los miembros de su familia y la comida que después se llevaban para la jornada en el campo. Tenía 12 años y hacía meses que había dejado la escuela para acompañar a sus padres y hermanos a los arrozales. Allí, ir al colegio tenía un precio: 56 kilos de arroz, para poder asistir a un edificio medio en ruinas, sin mesas ni sillas, al que el profesor iba dos o tres veces al mes para dar un par de horas de clase.

Después de conseguir los permisos, viajó hasta allí y comenzaron las obras mientras los niños continuaban con su rutina: trabajar como si fuesen adultos.

Para que en esa aldea de 950 habitantes la educación no costase un año de cosecha para entregar en un saco al profesor, hubo de por medio un viaje de casi 13.000 kilómetros.

Aquí te dejo el trailer:



Todos los niños del mundo deberían tener una escuela y la oportunidad de estudiar. Me gustaría que fuese bonita, que me ayude a pensar, que nos haga libres.

Puedes leer la noticia completa publicada por El País Aquí

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