lunes, 23 de marzo de 2020

QUÉ PUEDO Y QUÉ NO PUEDO CONTROLAR

No puedes controlar lo incontrolable. La semana pasada hablamos de cómo identificar los estresores de la ansiedad; cuáles son tus preocupaciones y cómo utilizar el principio más sagrado del mundo (Principio de A la Mierda); repasamos la convivencia en casa... Hoy vamos a pensar en aprender a diferenciar lo qué está en nuestra mano controlar y lo qué no. 

¿Qué cosas están bajo tu control?

Uno sólo es responsable de sus propias acciones. Yo no me puedo responsabilizar de lo que dices tú, de lo que tú piensas, de tus meteduras de pata, o de tus agobios y preocupaciones. Esa no es mi guerra.

¿Qué cosas están bajo mi control?

De lo único que soy responsable es mí mismo. Yo puedo decidir qué quiero pensar, pero también que quiero sentir en un momento dado. Puedo dejar de preocuparme cuando soy consciente de ello. Puedo pedir perdón por mis errores e intentar remendarlos. También puedo asumir las consecuencias de mis actos. Yo sólo soy responsable de lo que yo creo, de lo que yo hago. También, puedo dejar de agobiarme cuando sé que no va a servir de nada que yo me agobie, cuando entiendo que la solución no está en mi mano.

Entonces, ¿por qué cargar con culpas que no me corresponden? 

El ejercicio que te ofrezco hoy consiste en reflexionar para no herir a nadie. En repasar y repensar los últimos días y saber entonar el mea culpa.Siéntate un rato y dibuja la silueta de tu mano. Intenta escribir o dibujar dentro, aquello que dijiste estos días, lo que te preocupó o te preocupa, lo que sientes, lo que no deberías haber hecho o que dejaste de hacer.

Luego cambia de rol y haz lo mismo con lo que crees que han hecho/dicho los demás. Sus preocupaciones, sus sentimientos, sus creencias... Guíate por la ficha para completar la actividad. 




Es importante recordar que hay cosas que no entran dentro de tu margen de acción. Que no podemos gestionar porque no dependen de nosotros. Por muchas vueltas que le demos, por mucha energía que agotemos, no todo está en nuestra mano. ¿Qué podemos hacer para sentirnos mejor? Aprender a soltar. Pero eso lo vemos mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario